La decisión de la Federación Española de Rugby (FER) de conceder a la Federación de Rugby de la Comunitat Valenciana (FRCV) la organización de la Final de la Copa S.M. El Rey 2018 en el estadio de la Ciutat de Valencia ha provocado una serie de críticas contra la FER y descalificaciones personales contra su presidente, Alfonso Feijóo, que manchan el buen nombre del rugby español.

El presidente de la FER siempre ha mantenido una relación cordial y un gran respeto hacia las instituciones de Valladolid y, en especial, con su alcalde. De ahí que estas descalificaciones hacia su persona y, por extensión, al cargo que representa por haber tomado esta decisión, le resultan muy dolorosas.

Cabe recordar que ha sido este mismo presidente de la FER quien decidió que las finales de la Copa S.M. El Rey se celebraran en Valladolid en los años 2015, 2016 y 2017. Es decir, las tres últimas finales de esta competición se han disputado en la capital castellano-leonesa.

Se puede comprender que los aficionados de Valladolid se sientan desilusionados porque no se organice por cuarta vez consecutiva la final de la Copa S.M. El Rey en su ciudad, pero deben entender que la FER y su presidente están obligados a promover nuestro deporte en todo el país. La Comunitat Valenciana es una de las regiones españolas más importantes de rugby. La candidatura de su federación autonómica es muy sólida y competente siendo merecedora de que le sea concedida la organización de la final de esta competición.

No queremos entrar a responder a las descalificaciones personales, pero sí, por algunas de las críticas vertidas, aclarar la razón de la tardía decisión. La pretensión de la FER era tomarla antes de finales de 2017. No fue posible debido a la necesidad de solicitar aclaraciones a las candidaturas en varias ocasiones para así poder disponer de forma clara de todos lo datos.

Es comprensible que la decisión no haya gustado en Valladolid, como también lo es la satisfacción que ha producido en la Comunidad Valenciana, así como en otros muchos lugares de España donde eran neutrales al no estar directamente involucrados.

Estamos convencidos que todos los aficionados a nuestro deporte, defensores de los valores de solidaridad y del fair-play, entenderán que la decisión de la FER ha sido objetiva y positiva para el desarrollo de nuestro deporte en todo el ámbito nacional.

Queremos agradecer también todas las muestras de solidaridad y apoyo recibidas.